Ruta por la senda de los ríos Pirón y Viejo en Segovia

 

Esta ruta la hicimos en la primavera, Raquel y yo, con gente que conocía la zona perfectamente, Alfredo y Marisa.

 

El cañón que forma el río Pirón  es zona de roca caliza entre los pueblos de Adrada de Pirón, Losada de Pirón y Peñarrubias.

De este último es de donde comenzamos. Poco antes de llegar a Peñarrubias está la ermita románica de la Octava en el cerro desde donde se divisa el valle.

 Se puede dejar el coche en el pueblo o, pasar el pueblo e ir por un camino unos 300 metros y dejarlo en una explanada y bajar hasta el cauce del río para ir remontándolo.

 Estas tierras son de un marqués y apenas se cultivan por lo que hay mucha vegetación, animales y bastante silencio.

 

Se puede ir tanto por el margen derecho del río como el izquierdo. Nosotros empezamos por el izquierdo aunque luego cruzamos al derecho por el puente de piedra.

Lo primero que encontramos es el  paraje de las Covatillas, con el molino en ruinas al otro lado del río. 

Después nos encontramos con el puente, pero antes de cruzarlo, nos fuimos a ver la fuente, muy curiosa al tener unas cabezas de piedra.

Por la parte de atrás se llega al manantial que sale de la roca y que tiene un pilón.

 

La zona es conocida por las leyendas del Tuerto de Pirón, un bandolero que campaba por esos senderos en el siglo XIX.

Cruzamos el puente, que parece que es del siglo XVI y nos encontramos con un caserío abandonado. Subimos hasta el palomar, que está cada vez más derruido, según nos comentan.

 

Ahora ya remontamos por el margen derecha del río, hasta pasar por una cancela  y llegar a la explanada donde comienza el cañón del río Viejo. 

Antes de encaminarnos por ese lugar, nos acercamos a ver la Cueva de la Vaquera, un yacimiento arqueológico de gran valor. Está un poco escondida y hay que atravesar un pequeño puente y subir un poco hasta encontrar la entrada tapada por algún árbol. La cueva es amplia y hay quién se adentra por sus entrañas, pero no es recomendable si no vas preparado.

 

Enfrente de la cueva, al otro lado del río, se ve la ermita rupestre de Santiaguillo, a la que se puede llegar y subir hasta la puerta. Nosotros no nos acercamos.

 Tomamos el sendero del río Viejo hasta llegar a la Cueva de la Mora, con un sepulcro pequeño excavado en la roca. Seguimos caminando hasta que encontramos el lugar donde se encuentra la torca, subimos hasta verla.

 Una torca es una depresión que se forma cuando una cueva se hunde. En esta se ven restos de ovejas que se han caído. Las vistas desde allí son impresionantes, con lo que es recomendable subir.

 

Seguimos caminando hasta llegar al corral de Máximo, junto con la casa cueva del hombre que durante muchos años la habitó.  También tiene una subida aunque no larga, sí empinada, pero hay que subir.

 

Ahí termina nuestro recorrido, aunque se podría seguir hasta llegar al pueblo de Losada, pero nosotros nos damos la vuelta y volvemos hacia Peñarrubias.