Fuimos
cuatro personas y reservé con una empresa de Sebúlcor, cerca de Cantalejo. El
embarcadero está a unos 5 kilómetros del pueblo.
Tuvimos suerte y ese día la
empresa solo llevaba cuatro canoas por lo que era muy fácil movernos y pudimos
ver todo lo previsto.
Hay
que bajar hasta el río con los remos, las canoas están ya en el río. Lo mejor
es llevar zapatillas que se puedan mojar porque en algún momento metes el pie
en el agua.
Primero
fuimos río abajo hasta llegar al meandro desde donde se ve la ermita de San
Frutos, por el camino se ven buitres y es una zona donde no se puede ni gritar
ni hablar muy alto.
Al bajar hacemos una parada y el que quiera puede bañarse.
Después
remamos río arriba hasta llegar al monasterio de la Hoz. Data del siglo XIII
pero ahora está en ruinas.
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