El martes
tampoco madrugamos mucho, después de desayunar bien, nos ponemos en camino con
la segunda etapa Portomarín – Palas de Rei 25 km.
Bajamos al
río para cruzar el río que desemboca allí mismo en el Miño, y nos toca subir
una buena cuesta.
Esta etapa
discurre mucho rato al lado de la carretera. La primera parada la hacemos en
Gonzar, donde tomamos un café.
La siguiente
es en Ventas de Narón, donde tenemos la suerte de poder comprar pan para el
bocadillo de la comida. Al lado del camino hay una ermita que la atiendo un
ciego y que se abre a determinadas horas.
El día anterior compramos la concha del peregrino.
En el camino vemos muchos horreos, construcciones destinadas a guardar y conservar los alimentos alejados de la humedad.
Poco a poco vamos haciendo camino. El primer día la idea era terminar y pensaba que con llegar a Santiago ya me bastaba.
Después esa sensación va cambiando y piensas en que puedes hacerlo desde otros puntos o en más jornadas.
Vas hablando con gente y te va diciendo de dónde vienen, cuantas veces lo han hecho, dónde han empezado esta vez...
Comemos un
bocadillo en Ligonde, al lado de un albergue en el que te dan café por la
voluntad. Un sitio muy agradable.
Hasta Palas
de Rei quedan 7 km., pero como es después de la comida a mi se me hace pesado.
No tenemos
prisa porque ya tenemos el albergue reservado.
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