miércoles, 20 de noviembre de 2013
Tengo ganas de chillar
Hoy ha sido un mal día, tenía unas expectativas para cambiar de trabajo y me han dicho que no después de haberme dicho que sí, que la plaza era para mi. Ahhhhhg.
Tengo mucha rabia, me dan ganas de chillar, de gritar, de pegar patadas.... pero bueno, lo que no me hunde me hará más fuerte.
Me he ido a ver la película "Quién mató a Bambi" para reirme un rato, aunque no ha dado mucho resultado.
miércoles, 13 de noviembre de 2013
El felpudo
Hola a
tod@s:
Hoy voy a
contar una de las últimas torpezas. El
pasado sábado me invitaron unos amigos a conocer su nueva vivienda, un adosado
en una urbanización de las afueras de Valladolid. Salí con tiempo de casa, por
que como no conocía la zona, no quería llegar muy tarde. Llegué a la
urbanización y me puse a dar vueltas con el coche sin encontrar la calle, di
más vueltas que un ventilador. Al final, decidí dejar el coche y buscar la
calle andando. Menos mal que estaba cerca. Al llegar, un poco tarde y un poco
nerviosa por si era la última (y sí, como de costumbre fui la última) toqué al
timbre, salió a abrir el marido de mi amiga,
me mandó entrar y no vi el felpudo tan alto que tenían. Madre mía, era
un felpudo para escalarlo. Lo que pasó es que tropecé, y con tan mala suerte
que al irme hacia adelante, cayéndome, le agarré de la manga de la camisa y se
la rompí. No podéis el apuro que pasé. Con el chillido que di, salieron todos
pensando que había pasado algo grave y la imagen que vieron fue, a mí en el
suelo y a él con la manga de la camisa rota. Ya tengo pensado regalarle una
camisa nueva.
jueves, 31 de octubre de 2013
Cómo sacudir un paraguas
Hola a tod@s:
Por donde vivo, la semana pasada
llovió mucho, además de hacer bastante frio.
Una de las mañanas, que más llovía, decidí salir a tomar un café. Hay días que
no salgo de la oficina y otros días que necesito que me dé el aire o la lluvia
como en esa mañana en concreto. El caso es que iba con el paragua, con todo el
cuidado del mundo para no pisar charcos
(este es otro tema, pero creo soy la persona que más se cala cuando va por la
calle, piso todas las baldosas que se mueven y os podéis imaginar cómo me
pongo). También intentaba fijarme para no darme con alguna farola, cuando
llegué a la puerta del bar y giré el paraguas para sacudir el agua. Como no
miré, eché todo el agua sobre una señora que llevaba a una niña de la mano. Me
quedé blanca y no queráis saber lo que la señora me dijo. Yo sólo atinaba a
pedir perdón.
Al entrar en el bar me resbalé con
el serrín ese que echan y me caí al suelo de culo, como llevaba el paraguas
(esta vez ya cerrado) de la mano, le di un golpe en la pierna a un señor que
estaba en la barra. Muchas veces tengo ganas de llorar.
El camarero me dijo:
-
Hoy te voy a poner una tila, en vez de una café.
Alégrate, imagina que te hubieras caído en la calle tal y como está hoy el
suelo.
lunes, 28 de octubre de 2013
jueves, 24 de octubre de 2013
Los stilettos asesinos
Hace diez
días me enamoré de unos stilettos negros,
de charol en la puntera y unas tiras ajustadas al tobillo. Una
preciosidad. Ya he dicho alguna vez que no soy de tacones, no los uso
normalmente, pero es que estos son una maravilla y me decidí a comprarlos.
-
Tengo
que intentarlo, tengo que saber andar con tacones – pensé, cuando los pagaba.
La verdad es
que me alargan la pierna y me estilizan la figura. Vamos, que me encontraba yo irresistible.
Decidí
estrenarlos el sábado, había quedado para ir a cenar con unos amigos. Iba yo tan mona, con mis tacones y
mis pantalones de pitillo. Para controlar los tacones ni siquiera bebí una gota
de alcohol. Todo el tiempo con mucho cuidado, porque es difícil andar con estos
zapatos.
Bueno, pues
tuve la mala suerte de pisar una baldosa de esas que se mueven, que cuando
llueve la pisas, y el agua que salpica te llega hasta las rodillas (por lo
menos a mí me pasa siempre). Al pisar la baldosa móvil, me caí del tacón, sí,
sí, me caí, porque de estos tacones te caes. Total que llevo desde el domingo
sin poder andar, espero que en un par de días más y con una venda pueda
volver trabajar.
Ahora miro
los stilettos asesinos y no sé qué hacer
con ellos, si devolverlos (no creo que la tienda los admita), guardarlos para
siempre o intentarlo de nuevo cuando el pie se recupere.
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