Llegar al pueblo de Peñalba de Santiago ya es una ruta interesante, una carretera que serpentea hacia arriba, entre montañas donde los desprendimientos están a la orden del día.
Peñalba de Santiago tiene la denominación de Pueblos más Bonitos de España y no es para menos, un lugar especial, mágico, con pizarra en los tejados y su maravillosa iglesia mozárabe, la iglesia de Santiago.
Es del siglo X, con planta de cruz
latina, dos ábsides, no juntos, sino en la cabecera y al pie. Destacan sus dos
arcos de herradura en la entrada.
Para ir a la cueva de San Genadio desde Peñalba bajamos por la iglesia donde está muy bien indicado. El camino está muy bien, ancho y sin piedras que lo dificulten.
El camino
está lleno de robles y castaños, por lo que siempre habrá sombra y en otoño los
colores son espectaculares. Atravesamos un puente de madera y empezamos una
subida donde un cruce nos indica hacia la derecha para ir a la cueva de San
Genadio y a la izquierda la subida a la Cascada del Silencio.
Primero
subimos a la cueva, unos diez minutos andando. Desde allí las vistas son
impresionantes, también se ve Peñalba. En la cueva hay un altar donde se venera
al santo.
Volvemos por el mismo camino hasta el cruce y ahora tomamos la otra subida que nos lleva hasta la Cascada del Silencio. Estando allí se entiende el nombre del valle, solo se oyen pájaros y el rumor del agua. El camino aquí es más estrecho, para ir en fila, pero no tiene dificultad. La cascada tenía agua ya que la ruta la hicimos en abril.
El regreso al pueblo se hace por otro camino perfectamente indicado, entrando en Peñalba por el cementerio.
Son unos 6
kilómetros más o menos, y las vistas del Valle del Silencio que se disfrutan en
todo el trayecto merecen la pena.
Se puede
aprovechar y comer en una de las dos tabernas que tiene el pueblo.
Por la
tarde, al bajar hacia Ponferrada nos detuvimos en el Monasterio de San Pedro de
los Montes en Montes de Valdueza. Es un monasterio que está en ruinas aunque
tiene alguna zona restaurada y que usan para eventos.