El objetivo 6 de los Objetivos de
Desarrollo Sostenible tiene como meta, de aquí a 2030, el acceso al agua
potable para todas las personas. Eso que nosotros hacemos sin pensar, el abrir
el grifo y tener agua, es algo a lo que en algunos países y en determinadas
comunidades no tienen acceso.
El pasado mes de febrero aterricé,
junto con Mari Castaño en Bolivia, concretamente en Cochabamba para hacer un
voluntariado internacional. La Junta de Castilla y León, a través del Servicio
de Cooperación para el Desarrollo tiene un programa para empleados
públicos que permite que vayamos a
través de una ONG. En este caso fuimos con Amycos para conocer de primera mano
como Anawin, la ONG local, trabaja para llevar a las comunidades indígenas de
la zona rural de Cochabamba el acceso a agua potable.
En la comunidad de Parte Libre
tuvimos la oportunidad de asistir a una primera reunión de Anawin con los
beneficiarios del proyecto. Se les explicó cuando empezarían las obras, la
aportación de la ong y la que tendrían que aportar ellos.
También tienen que
participar ayudando con el trabajo de las obras, como subir los materiales o
cavar las zanjas necesarias. Las viviendas están muy dispersas por lo que el
trabajo es muy arduo.
Es una forma de implicarles en el proyecto para que lo
valoren y se hagan responsables del mantenimiento. El proyecto consiste en
llevar hasta la puerta de cada vivienda una canalización desde el depósito y poner una pileta con el grifo. Al depósito
el agua llega desde lo que llaman fuente de agua, el lugar donde se aseguran
que no hay contaminación y es la primera recogida de agua.
Paralelamente al inicio del
proyecto de construcción se realizan otras actividades con los beneficiarios,
como la creación de dos comités. El comité de agua, para garantizar que todos
los beneficiaros participan en las obras y el mantenimiento del sistema a
instalar. El otro comité de vigilancia, este debe estar formado por mujeres con
el objetivo de hacer que ellas se impliquen y participen más en los temas de
comunidad, algo que les suele costar bastante. Su misión es controlar que el
comité de agua funcione correctamente y conocer cualquier otra incidencia que
pueda surgir una vez que el proyecto está funcionando.
Estos proyectos llevan implícito
el deber de implementar huertos para cultivar alguna hortaliza y permitir la
mejora en su alimentación, al introducir en su dieta nuevos alimentos.
En Parte Libre estuvimos en la
escuela haciendo talleres tanto con los niños como con los adultos. Con los
niños estuvimos fabricando, con botellas de plástico recicladas, bolsas para
que metieran los peines, cepillos de dientes y jabones que les entregamos.
Además de esto se les enseña a lavarse las manos mediante un taller práctico en el que participan activamente.
Con los adultos se hace un taller
en el que se les forma sobre enfermedades derivadas de consumir agua
contaminada, y sobre cómo mejorar el aseo
personal, limpieza de la vivienda y
elaboración de alimentos.
Otra comunidad que visitamos fue
Wuayjo, donde la subvención de la Junta de Castilla y León había permitido un
proyecto que se terminó y fue entregado en octubre de 2019. Allí tuvimos la
oportunidad de ver el huerto que tenía la escuela, donde la maestra nos explicó
que estaban muy contentos con el resultado, ya que habían conseguido frutillas
(fresas), tomates, zanahorias y coliflores, como principales productos. En este
huerto se habían implicado los padres con la satisfacción de los niños que les
había permitido compartir actividades con ellos. También estuvimos ayudando a
limpiarlo para la próxima cosecha.
En Wuayjo pudimos hablar con las
personas que ya usaban el agua sin contaminar en sus casas. Algunos de ellos
nos dijeron que había mejorado mucho su vida, al no tener que desplazarse hasta
el río a coger el agua, muchas veces contaminada. Mejoran sus condiciones
sanitarias e higiénicas, ya que al cocinar con agua potable se reducen sus
enfermedades intestinales. También les permite lavar su ropa sin tener que
desplazarse, simplemente con salir a la puerta de casa pueden hacerlo. En
algunas casas habían construido un baño con ducha.
Aquí, Mari, como buena ingeniera
de montes les explicó como preservar las fuentes de agua, es decir, como hacer
que se mantengan limpias, sin que se filtren impurezas y que no lleguen secarse
por la deforestación, dándoles unos consejos prácticos.
Algo que nos dijeron es que cada
vez llovía menos y eso se notaba en el caudal.
Por esto en la comunidad de Palta
Loma, donde fuimos a una reunión, querían que se les implementase otra fuente
de agua ya que habían notado una disminución de la que tenían y pensaban que
podía fallar el abastecimiento. La amabilidad y hospitalidad es lo primero para
ellos y antes de la reunión nos invitaron a comer. Desde Anawin les dijeron que
lo estudiarían e intentarían ampliar el proyecto inicial.
Yo también tuve la oportunidad de
visitar el proyecto educativo que tienen en un colegio, en la comunidad de
Korihuma (que significa cabeza de oro). Pude comprobar como las pedagogas
trabajan con los profesores, con talleres para motivarles y que trabajen como
un equipo. Igualmente se ocupan de detectar y solucionar problemas de los
alumnos, con los que tienen buena relación de confianza y con los padres, a los
que intentan involucrar en la tarea educativa de sus hijos, tanto con charlas y
talleres colectivos como con reuniones individuales en cuanto localizan un
problema. Con los alumnos trabajan varios aspectos entre los que destacan la mejora
de la autoestima o la orientación educativa y laboral.
Me quedo con una frase que me dijo
una cholita: “los ríos son las venas del planeta y se están secando”.